Estimado Pitágoras,
Mi nombre es Ernö Rubik y soy un escultor, arquitecto, diseñador y profesor de diseño del siglo XX (más específicamente de los años 70) que te escribe con una admiración que no puede ser superior. Para mí, eres el mejor matemático que jamás existirá y tus inventos y descubrimientos han hecho avanzar a la sociedad a pasos agigantados, ayudándome incluso a mí personalmente como verás más adelante.
Como sabrás, en la época desde la que te escribo es una época de muchos cambios, y aunque ya fue hace más de 30 años, se podría llamar una época de post-guerra. Hoy en día, el mundo está tratando de mejorar y de hacer de él un lugar mejor, dejando atrás las muchas guerras y queriendo establecer la paz mundial. En mi simple opinión, yo pienso que uno de los cimientos para conseguir esto son los jóvenes estudiantes, ya que si son enseñados con buenas metodologías y se les enseña lo importante que necesita el mundo, el futuro será más alegre y feliz. Y quién puedo mandar yo a hacer algo así, si no es a mí, que soy profesor. Por eso mismo le cuento mi historia a continuación:
Hace unos años, estaba dando clase como cualquier otro día a unos muy jóvenes alumnos cuando uno de ellos se levantó y me dijo: ¿Por qué tengo que aprender esto a la fuerza? No es divertido y así no entiendo nada maestro. Yo, simplemente, le mandé a hablar con el director y seguí con la clase. Pero al llegar a casa ese día y reflexionar, pensé todo lo que le he dicho anteriormente y me di cuenta que aquel chico tenía razón.
Desde ese día, al llegar a casa por las tardes, me encerraba en mi cuarto y continuaba un poco cada día un boceto que pensé acerca de un nuevo rompecabezas para que esos alumnos se divirtieran y aprendieran al mismo tiempo. Al paso del tiempo, el boceto acabó convirtiéndose en una realidad y gracias a la ayuda de muchas gomas y madera, inventé el que llamé en mi honor Cubo De Rubik.
Este cubo está compuesto por ocho cubos pequeños en cada cara que pueden ser de varios colores (cada cara un color). Yo elegí el blanco, rojo, azul, naranja, verde y amarillo. El objetivo es el siguiente: Al empezar a jugar, todos los colores están mezclados y el objetivo es conseguir que todos los cubos pequeños del mismo color coincidan en una misma cara. Para ello, deberás rotar cada fila y columna (no puede rotar cada cubo por sí solo, sino sería muy sencillo) hasta conseguir que encajen. Cuando les presenté el rompecabezas a mis alumnos, todos se llenaron de alegría y me agradecieron lo que hice, incluso el alumno que me encaró.
Y ahora al que toca darte las gracias es a ti, Pitágoras, porque sin tus innumerables descubrimientos acerca de la geometría, como el mismo cubo, este acertijo no podría haber sido creado y posiblemente yo jamás habría descubierto cuanto me gusta mi profesión.
Un fuerte y cordial saludo.
Ernö Rubik
