Estimado Alexander Fleming:
Probablemente no me recuerdes. Fui a tu misma clase en la universidad. No se si te llegará esta carta pero he de intentarlo. Tengo que comunicarte algo sumamente importante. Se trata de un descubrimiento que podría cambiar el mundo tal y como lo conocemos. Lo cierto es que fue pura casualidad. Me encontraba cultivando unas bacterias en el laboratorio para estudiarlas, cuando se contaminaron accidentalmente por un hongo. Entonces observé cómo este hongo, llamado Penicillium notatum, al juntarse con las bacterias, las mataba, impidiendo su reproducción. Creo que esto se podría llegar a utilizar para tratar y prevenir ciertas infecciones provocadas por bacterias.
Como puedes ver, esto es algo sumamente importante que no debe caer en malas manos. Quizás te estés preguntando por qué confío en ti ya que apenas nos conocemos, al proporcionarte esta información o por qué no te lo digo directamente a la cara. El caso es que me encuentro atrapado en un campo de concentración nazi cerca de Berlín y no se si podré salir de aquí con vida ya que he podido ver como esta misma mañana fusilaban a dos de mis compañeros por dejar caer una piedra accidentalmente debido al cansancio acumulado. Me temo que cabe la posibilidad de que yo también acabe teniendo algún percance de este tipo, así que decido confiar en ti ya que recuerdo que eras el que mas destacaba en la universidad y no conozco a otro que crea capaz de terminar mi estudio.
Finalmente me gustaría desearte suerte con la investigación. Me ha surgido esta oportunidad de mandar una carta y he decidido enviártela a ti en vez de a cualquier familiar para poder despedirme. Rezo a dios para que esto te llegue y podamos ayudar a mucha gente.
Hasta siempre Fleming.
